SÍNTOMAS DEL VIH/SIDA
Síntomas del VIH/SIDA
Una persona que tiene VIH no presentan síntomas inmediatamente, por lo que pueden desconocer que tienen el virus. Pueden pasar años antes de que el VIH se manifieste.
Primeros síntomas del VIH
Las personas que contraen la infección lucen y se sienten
sanas durante mucho tiempo. Pueden transcurrir 10 años o más hasta que
la infección por VIH manifiesta síntomas, e incluso mucho más tiempo en
el caso de quienes toman medicamentos antivirales.
Lo mejor es realizarse pruebas de VIH periódicas, en especial si has tenido sexo sin protección o
compartido agujas. Los tratamientos también pueden disminuír e
incluso detener las probabilidades de contagiar a otras personas de VIH
durante el sexo.
Las primeras 2 a 4 semanas después de contraer el VIH, puedes sentir
algo de fiebre, dolor y malestar. Estos síntomas similares a los de la
gripe son la primera reacción del cuerpo a la infección por el VIH.
Durante esta etapa, hay una gran concentración del virus en tu
organismo, de modo que es fácil transmitirlo a otras personas. Los
síntomas desaparecen tras unas semanas y habitualmente no vuelves a
tenerlos en años. Una vez tienes VIH, puedes transmitírselo a otros,
bien sea que tengas síntomas o no.
Síntomas tardíos de la infección por VIH/SIDA
El VIH destruye las células del sistema inmunitario llamadas células
CD4 o células T. Sin células CD4, a tu organismo se le hace muy difícil
combatir las enfermedades. Esto te hace más propenso a enfermarte
gravemente por infecciones que generalmente no te harían daño. Con el
pasar del tiempo, el daño que el VIH causa en tu sistema inmunitario
provoca el SIDA.
Una persona tiene SIDA cuando sufre infecciones raras (denominadas
oportunistas), ciertos tipos extraños de cáncer o tiene un recuento muy
bajo de células CD4. En general, esto sucede alrededor de 10 años
después de contraer el VIH y no recibir tratamiento. Con tratamiento, la
aparición del SIDA puede tardar mucho más.
Las señales del SIDA incluyen:
- Aftas (un revestimiento espeso y blanco en la lengua o la boca).
- Dolor de garganta.
- Infecciones graves por hongos.
- Enfermedad pélvica inflamatoria crónica .
- Infecciones graves recurrentes.
- Cansancio persistente, mareos y aturdimiento.
- Dolores de cabeza.
- Pérdida repentina de peso.
- Formación de hematomas con más frecuencia de lo normal.
- Diarrea, fiebre, o sudores nocturnos durante mucho tiempo.
- Glándulas inflamadas o duras en la garganta, las axilas o la ingle.
- Episodios de tos seca y profunda.
- Sensación de falta de aire.
- Protuberancias violáceas en la piel o en la boca.
- Sangrado de la boca, la nariz, el ano o la vagina.
- Erupciones de la piel.
- Adormecimiento de las manos o los pies, pérdida del control sobre
los músculos y los reflejos, incapacidad de movimiento y pérdida de
fuerza muscular.
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